Desde Mi Ventana

PANDORA Desde mi ventana, veo venir la tempestad, huracán terrible, de los vientos emperatriz, soberana esencia del ombligo y la matriz, vehículo de la luz, de la libertad su majestad. Divina paloma mía, justicia traes sedienta, erguida de corales y diamantes vestimenta, de cristales que cortan cual tormenta, las cadenas con tus alas cenicienta. Ave audaz de la paz y del fuego renacer, de la rosa blanca y roja, de los vientos majestuosa, hoy soy UNO en tú canto de grandeza diosa, esencia solar del amanecer y del atardecer. Estrella que brilla en la consciencia amorosa, de los templos Luz, en la cruz consagrada, más no así para la impostora osada, que violó el sello dorado de la rosa. Se llenó de miedo, de los males de la humanidad, de la Caja de pandora quedó cegada, por la vela enarbolada de la oscuridad atada mujerzuela, la esperanza presa por el ímpetu de curiosidad. Del cielo azul sin corona y sin arras, veo caer la pajarita errada, del circulo de luz a oscuridad viciada, de la tormenta sus truncadas alas. La jaula será la cárcel y carrusel dorado, y aunque columnas de oro porte, no sois diosa ni reina de la corte, sino ladrona del fuego sagrado. Pajarita ligera estigma de su majestad la reina, de la juventud flama del Olimpo eterna, quisiste usurpar a la feroz leonina, del fuego esencia, guerrera externa. El tiempo que te dedico en estos versos, bajo el influjo del nuevo amanecer doliente, es por el suicidio de la esperanza ardiente, de los anversos oscuros, de espejos convexos. Solo queda tú reflejo pajarilla, luz de luna, ardiente pesadilla, dolorosa para el que hurtó la semilla del Olimpo, llama mortal que deja huella. Con cadenas, de olivo tejo la mortal corona, en la cabeza aureola del pino, maldita pandora ebria del vino, falsa piedra del camino filosofal. Del fuego y del diamante hurtaste, la roca del guerrero y la emperatriz, el castigo será permanente en la matrix, del inframundo el reino que robaste. Kokul ‘al